15 may 2014

Las playa de los 700 escalones y una mariposa Arlequín

El Parque Nacional de Alhucemas, localizado inmediatamente al oeste de la ciudad africana del mismo nombre, guarda mil secretos y bellezas que hoy no me apetece resumir porque terminaría por ser injusta o infinita.

Os dejo solo unas imágenes de los mil secretos que esconde para que vosotros mismos juzguéis si merece la pena visitarlo y enredarse entre sus soledades, salpicadas de oasis verdes llenos de vida. No voy a intentar convenceros con palabras, no puedo, porque me tiene totalmente embrujada y solo quiero volver a perderme entre aquellas geografías que aún no aparecen ni en los mapas...

Empiezo la casa por tejado y no os voy a explicar como llegamos hasta aquí, tenéis que desearlo, entonces os lo contaré con detalle. 


Después de una hora y media de caminata, siguiendo el cauce de un torrente y cuando ya se empieza a sentir el agobio de no ver el final del camino, llegaréis a este punto deseado, dominado por verticales acantilados que en ocasiones se aproximan a los 600 metros de altitud, los más altos del Mediterráneo.


Y allá abajo aparece la ensenada con su distintiva roca desprendida de los acantilados, que no pudo resistirse a la atracción de las aguas cristalinas.


Los habitantes de las tribus bokkoyas que viven en el Parque, solamente podían llegar por mar a estas inhóspitas y ricas costas. Para salvar tal limitación, decidieron construir una escalera a través del acantilado y se pusieron manos a la obra, pero la Naturaleza no permite que se vulneren así como así sus secretos y ella misma se está encargando de deshacer lo que los hombres hicieron con gran esfuerzo... Ni más ni menos que 700 peldaños de piedra bordeados por un muro.



Hacía tiempo que un paisaje desconocido no me producía tanto impacto y por si ello fuera poco, el camino de regreso guardaba otras sorpresas en forma de almendros en flor, algarrobos, adelfas, lavadas, águilas pescadoras, abubillas... y como remate final, como si de un regalo se tratara, apareció a mis pies, una mariposa vestida de "arlequín" que nunca había tenido la suerte de ver.


La Zeryntia ruminia, conocida también como Arlequín vive en el Parque Nacional de Alhucemas en dos generaciones anuales. Este ejemplar fue fotografiado a finales de marzo de 2014.

Aunque viajemos con muy buena compañía, hay momentos en que es importante quedarse solo, en este caso me pasé y me perdí y ello me trajo otra recompensa: una buena conversación en un perfecto español con un rifeño que sacó de su nevera lo mejor que tenía para mi. Pena me dio no poder pasar más tiempo con él y escuchar tranquilamente sus interesantes historias que no aparecen los libros. Pronto volveré y os seguiré contando.




7 comentarios:

  1. Hola Belén, guapos acantilados, por lo que se ve no hay mucho visitante, por lo que se disfruta más. saludos.

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  2. Estupendo lugar, muy bien contado. Un saludo

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  3. Me imagino que la subida de vuelta debió ser dura, pero al menos me gustaría estar allí una vez en la vida, parece maravilloso ese paisaje ya en la foto, en vivo debe ser inenarrable.

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  4. Ángel, Miguel y Fénix estoy segura que ibais a disfrutar, ya en pleno febrero la floración es espectacular. Gracias por vuestro comentarios si os animáis os daré toda la información que tengo. Un abrazo.

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  5. Después de la caminata, un yogur frio es lo mejor de este mundo... Tuviste suerte.

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  6. Carmina no te ibas a arrepentir si alguna vez te animas. ¡Bienvenida después de tanto esfuerzo, no será en balde!.

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  7. Y donde estaba yo cuando publicaste esta preciosa entrada que no había visto? El paisaje de vértigo, muy bonito y que se engrandece con tu narrativa. Me ha emocionado. Un abrazo

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