Hubo un tiempo en que, de vez en cuando, me escapaba a la marisma unas veces y a la sierra otras a ver amanecer. Salía de casa con noche cerrada porque me gustaba estar en el sitio antes de que las primeras luces del día empezaran a dibujar los paisajes. Era como asistir al nacimiento del mundo. Estas fotos, que me encantan, me han recordado que tengo que volver a ver esos amaneceres.
Prefiero no madrugar y mirar estas bonitas fotos...
ResponderEliminarGracias, César por tu visita, pero si no te lo quieres perder, hay otra solución: no acostarse...
ResponderEliminarHubo un tiempo en que, de vez en cuando, me escapaba a la marisma unas veces y a la sierra otras a ver amanecer. Salía de casa con noche cerrada porque me gustaba estar en el sitio antes de que las primeras luces del día empezaran a dibujar los paisajes. Era como asistir al nacimiento del mundo. Estas fotos, que me encantan, me han recordado que tengo que volver a ver esos amaneceres.
ResponderEliminarUn beso desde el Sur.
Gracias, Farero, a veces nos perdemos momentos increíbles por no salirnos de la rutina. Espero ver esas fotos de tus amaneceres sureños. Un abrazo.
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