15 dic 2013

La ciudad de Tetuán y El tiempo entre costuras.

Por fin, gracias a la serie basada en la novela de María Dueñas "El tiempo entre costuras", la olvidada ciudad de Tetuán está empezando a ser localizada en el mapa. No debería de ser así, tendríamos que conocer nuestra historia y en mayor medida aquel territorio que por una u otra razón estuvo vinculado a españoles aún vivos.

Solo conociendo la historia podremos interpretar el presente, pero al parecer ni la historia ni la geografía son asignaturas "modernas" que haya que estudiar y pronto esas imprescindibles materias quedarán como un vago recuerdo, solo como una afición, no como una profesión; para los políticos del nuevo feudalismo, no son convenientes... Viajando y mezclándose con la población local se derrumban muchos tópicos y en educación e interés por saber de nosotros, los marroquíes que conocí, tanto en las ciudades como en los pueblos más remotos, nos dan muchas vueltas, os lo aseguro.


Vuelvo a rescatar parte de una antigua entrada por si os fuera de utilidad si es que os animáis a hacer ese fácil y sorprendente viaje y donde seréis muy bien recibidos si sabéis respetarlos como ellos lo hacen con nosotros y donde, además, una gran mayoría habla español.  (Otro día os cuento como ir y lo barato que es).



La ciudad de Tetuán, está unida a España desde el siglo XV, cuando fue ocupada por sefardíes y moriscos que huían de la represión de los Reyes Católicos (otra serie de moda donde se ve claramente de donde arranca nuestro “minifundio mental”).  Al correr de los siglos, lo árabe y lo español se fue entremezclando, tolerando y adaptando hasta llegar a nuestros días como un ejercicio democrático y de respeto hacia las diversas culturas que engendraron la ciudad y que hoy permanecen como un ejemplo a seguir por todos los pueblos que valoren su patrimonio y la historia que lo engendró por encima de cualquier fanatismo.

La historia del urbanismo europeo está fielmente representada en su Ensanche que ya dejó de ser solo español para convertirse en el centro de la ciudad. La Medina es el reflejo vivo de la ciudad medieval árabe, mientras que los barrios periféricos, en constante crecimiento, reflejan el momento de expansión que está viviendo el país, si bien carecen de la planificación que representa el Ensanche o la belleza caótica de su antigua Medina.

En el año 1912, se inicia el Protectorado Español del Norte de Marruecos y con él la elección de la ciudad de Tetuán como capital, lo que conllevó la necesidad de construir nuevos edificios y espacios que vinieran a cubrir las necesidades de la población española que se asentaría en la ciudad. Esta necesidad de “crecer”, no fue llevada a cabo de cualquier manera, sino que fue planificada con anterioridad a través del diseño que de ella haría el arquitecto Carlos Óvilo, siguiendo las técnicas urbanísticas del momento, donde el orden y la simetría prevalecían frente al crecimiento desordenado y en mancha de aceite.

En 1917 se inicia la construcción del Ensanche, arrancando de los terrenos más próximos a La Medina y no finalizaría hasta el final del Protectorado, en 1956, cuando Marruecos nació como país.

Vista general de la ciudad de Tetuán con su medina a la derecha de la imagen. Las playas de Martil y Cabo Negro  se localizan a apenas 10 km del centro de la urbe.

EL ENSANCHE ESPAÑOL DE TETÚAN: una fotografía congelada en el tiempo

El Ensanche de la ciudad africana de Tetuán (en bereber “Manantial”), es una fotografía congelada en el tiempo, un espacio excepcional que la antigua capital del Protectorado Español en Marruecos ha sido capaz de conservar e integrar plenamente en su plano y en su actividad cotidiana, convirtiéndolo en el centro neurálgico de una de las principales ciudades marroquíes, próximas al millón de habitantes.

Analizando la ciudad desde el aire, el Ensanche perdería gran parte de su interés si lo desvinculásemos del otro espacio dominante de la ciudad que es la emblemática Medina, Patrimonio de la Humanidad, con la que convive estrechamente unida a ella, sin conflictos que separen a estos dos mundos tan distintos. La inteligencia de esta blanca ciudad, también conocida como "la blanca paloma", ejemplo de mestizaje entre África y Europa, dio como resultado la conservación, hasta nuestros días, de un ejemplo urbanístico excepcional, tan poco común en lugares donde los choques de culturas, religiones y costumbres son antagónicos.


Una de las primeras percepciones que tenemos al recorrer la ciudad, es que tan pronto parece que estemos en el centro de La Habana (en cuanto a sus edificios), como en la misma Edad Media (aquí en todos los sentidos). Del orden simétrico del Ensanche, pasamos inmediatamente al caos de la ciudad árabe como si de un viaje en el tiempo se tratara. La plaza de Hassan II, espacio diáfano que da frente al Palacio Real, vino a sustituir en los años 80 del pasado siglo a la bella plaza de El Feddan (Plaza de España en tiempos del Protectorado), donde su pavimento emulaba alfombras árabes. El tránsito entre estos dos espacios se produce en unos instantes, pasando del orden y las calles amplias del Ensanche a la intrincada y caótica Medina, franqueada por siete puertas principales, llamadas “Bab” (más un acceso moderno).  En este caso, será la puerta de  Bab Rouah o Puerta de los Vientos, la que nos abrirá la oportunidad de entrar en otro mundo. (Mejor ir vestido discretamente, sin llamar la atención y no “hablar a la española”, mejor ir en silencio y con ojos bien abiertos).

    Avenida de Mohamed V, arteria principal del Ensanche con el edificio Fénix al fondo.

          Plaza de Hassan II, entronque del Ensanche con la Medina, Patrimonio de la Humanidad.

                                       Una de las puertas de entrada a la Medina de Tetuán (Bad Rouah)


Otra de las 7 puertas de entrada a la Medina, en este caso es la famosa Bad Tut, con sus vendedores de frutas. (Las fresas gigantes y buenísimas, estaban a 0,20 céntimos de Euro).

Ya no os canso más, si os interesa el tema podéis acudir a otras entradas antiguas. Si vais espero que lo contéis, seguro que veréis cosas que yo no vi.

4 comentarios:

  1. Otra enganchada a las serie....
    Saludos.

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  2. César, si esa novela ha servido para que un montón de gente se haya interesado por Tetuán y la historia ¡bienvenida sea!. De quien estoy enganchada es del Norte de Marruecos. Saludos.

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  3. Y como es que yo no había visto esta entrada? Con tus descripciones dan ganas de salir corriendo a visitarla, y es que desde Zahara la tengo a un tiro de piedra.

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  4. Mit, te encantaría. Si vas avisa.
    Un abrazo.

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