Intentando encontrar algún nuevo ejemplar de mariposa para completar la colección fotográfica, un buen amigo y yo decidimos adentrarnos por el espectacular bosque de Peloño hasta alcanzar las bellísimas majadas de Arcenorio, en los confines del Parque Natural de Ponga, y aunque el día fue espectacular y lo vivido inolvidable, apenas volaban unos cuantos licénidos, cosa rara o muy rara para esta época del año (finales de julio), cuando las mariposas deberían estar en su máximo esplendor.
De entre las pocas que pude fotografiar, me quedo con esta Aricia montensis (Verity, 1928) como representante de un hábitat montano impactante y que aún no conocía a pesar de su cercanía.
Este pequeño licénido vuela entre mayo y septiembre, principalmente en zonas montañosas. Los machos y las hembras tienen una apariencia muy similar y su contraste es muy acentuado entre el anverso y el reverso de las alas, siendo la hembra de mayor tamaño y con las lúnulas anaranjadas más marcadas.
Este pequeño licénido vuela entre mayo y septiembre, principalmente en zonas montañosas. Los machos y las hembras tienen una apariencia muy similar y su contraste es muy acentuado entre el anverso y el reverso de las alas, siendo la hembra de mayor tamaño y con las lúnulas anaranjadas más marcadas.
Con las alas abiertas presenta una tonalidad marrón con visos azulados, adornados por manchas de color naranja que no llegan hasta el ápice de las alas, lo que la diferencia de su hermana Aricia cramera.
Tiene un tamaño medio de 2,5 cm y una cara con "nariz respingona" que le da una apariencia muy simpática. Sus alas están rematadas por fimbrias ajedrezadas de color blanco.
Le gusta visitar las zonas húmedas y encharcadas en busca de sales para libar y en ocasiones comparte espacio con gran cantidad de ejemplares, tanto de su especie como con otros licénidos y hespéridos.
A finales del mes de julio de 2017, apenas había mariposas en los altos puertos de Arcenorio y Fonfría, límite entre el concejo asturiano de Ponga -considerado en su totalidad Parque Natural- y la provincia de León.
Llegar hasta Arcenorio no es cosa fácil sino se está acostumbrado a caminar a pesar de que existe una cómoda pista de uso ganadero de unos 12 km. que no podremos utilizar a no ser que contemos con un permiso especial de la dirección del Parque Natural de Ponga.
La llegada a este impresionante valle glaciar -orientado longitudinalmente por el que discurría el camino histórico "de los Arrieros"- transcurre a través de otro paisaje no menos impresionante, que es el colosal bosque de Peloño, uno de los hayedos más extensos y mejor conservados de Asturias.
El inicio de la ruta arranca del mirador de Les Bedules, donde se encuentra un área de aparcamiento y un mirador con pasarelas de madera, desde donde se divisan grandiosas vistas. Hacia el Este, se dibujan, majestuosas, las altas cumbres del Cornión, macizo más occidental de los Picos de Europa,
mientras que hacia el Oeste, las grandes estructuras montañosas del concejo de Ponga, como el Tiatordos y la bellísima pirámide del Recuencu dominan el verde paisaje de este Parque Natural.
Pero el objetivo de esta entrada no es describir esta alucinante ruta, sino llegar a Arcenorio en busca de mariposas y me estoy desviando... así que os enseñaré alguna foto de esos fronterizos puertos, plagados de majadas, con muchas de sus cabañas rehabilitadas y donde incluso existe una antiquísima ermita.
Cuando el estrecho y sombreado camino desemboca de repente en Arcenorio, la primera sensación es de inmensidad y admiración, como si se saliera de un túnel de árboles y agua para encontrarse con la grandiosidad de los montes y las praderías, aún vivas, cuidadas por ganaderos que ya no son pastores.
Hacia el Oeste, los puertos de Arcenorio resbalan entre las cumbres de Peña Ten y Pileñes, buscando el paso hacia el puerto pongueto de Ventaniella, mientras que hacia el Este, se encuentra la divisoria con tierras leonesas de Sajambre y la no menos bella majada de Llaete. Si continuásemos hacia el Sur por los puertos de Fonfría, comunicaríamos con la población leonesa de La Uña.
Arcenorio se extiende longitudinalmente, a través de casi cuatro kilómetros y sus dominios se encuentran bordeados por cumbres calizas, miradores vigías de hombres y ganados que ocupan estas tierras entre San Juan y San Miguel y en los que no faltan fuentes que dan origen a riachuelos y cascadas, cuyas aguas discurren por orografía complicada hasta encontrarse con el río Sella en el desfiladero de Los Beyos.
Tampoco faltan los bebederos a los que acuden los ganados en manadas y que viven felices en plena libertad, al menos hasta que en septiembre separen a los terneros de las madres...
Un gran número de cabañas salpican Arcenorio, formando pequeños grupos separados en ocasiones por pequeños montículos, cada uno con su nombre propio. Muchas de ellas se encuentran rehabilitadas y conviven con otras ya derruidas o en proceso de desplome.
Vista hacia el puerto de la Fonfría, paso natural hacia La Uña, al pie de la mole de Peña Ten.
En la siguiente foto podemos apreciar una de las arcaicas cabañas que aún conserva la cubierta de grandes losas de piedra (llábanes).
Se dice que en otros tiempos existió en estos puertos un auténtico pueblo, habitado durante todo el año, incluso cuando las grandes nevadas impedían el trasiego de hombres y caballerías por esta mini Samarcanda cantábrica. Desde antaño estos riquísimos pastos fueron objeto de enfrentamientos y litigios entre los vecinos de las tierras leonesas de Sajambre y los asturianos ponguetos.
Al igual que en otros pasos fronterizos próximos, como en Ventaniella a en la vecina Senda del Arcediano (Sahugo), existían alberguerías que daban cobijo a personas y caballerías e incluso contaban con ermitas que esconden sus raíces en épocas altomedievales.
Arcenorio conserva una capilla de considerables dimensiones y en buen estado de conservación. Aunque no existen pruebas que así lo avalen, la tradición relaciona su origen con la batalla de Pontunio, donde vencieron los cristianos sobre los musulmanes... En la actualidad esta ermita está dedicada a la virgen de Covadonga y en torno a ella se celebra cada 8 de septiembre una romería de gran interés.
Ya de regreso por el mismo camino del bosque de Peloño, nos paramos en otro punto de interés que no tiene relación con la belleza que nos abrumó en todo el recorrido... Se trata de un conjunto de construcciones militares de la época de la guerra civil, pertenecientes a los últimos republicanos que defendieron, desgraciadamente sin éxito, sus últimas posiciones. Estos puertos, como tantos otros en Asturias, fueron el último refugio de muchos de ellos, a nuestro paso no podemos dejar de recordarlos.
Estos vestigios de la guerra civil española, localizados en el collado Guaranga, son los únicos que se conservan en Asturias en un puerto de montaña, según se recoge en la resolución (2012) de la Consejería de Cultura del Principado de Asturias por la que este elemento pasa a formar parte del Inventario de Protección Cultural de Asturias.
Este bien cultural se componen por una galería y dos nidos de ametralladoras. (BOPA núm. 125 de 31-V-2012).
... normal.... y osos y lobos y urogallos y águilas reales y alcones peregrinos y alimoches y hasta la ranita de San Antón... ¿dónde si no? es su casa y con todo el respeto tendremos que transitar por ella.
No hay duda de que la búsqueda de estas mariposillas es del todo gratificante y da para mucho y mucho más...
Llegar hasta Arcenorio no es cosa fácil sino se está acostumbrado a caminar a pesar de que existe una cómoda pista de uso ganadero de unos 12 km. que no podremos utilizar a no ser que contemos con un permiso especial de la dirección del Parque Natural de Ponga.
La llegada a este impresionante valle glaciar -orientado longitudinalmente por el que discurría el camino histórico "de los Arrieros"- transcurre a través de otro paisaje no menos impresionante, que es el colosal bosque de Peloño, uno de los hayedos más extensos y mejor conservados de Asturias.
El inicio de la ruta arranca del mirador de Les Bedules, donde se encuentra un área de aparcamiento y un mirador con pasarelas de madera, desde donde se divisan grandiosas vistas. Hacia el Este, se dibujan, majestuosas, las altas cumbres del Cornión, macizo más occidental de los Picos de Europa,
Al fondo, los Picos de Europa representados por el Cornión. A la derecha aparece la torre de Peña Santa (2596 m.s.n.m.) |
mientras que hacia el Oeste, las grandes estructuras montañosas del concejo de Ponga, como el Tiatordos y la bellísima pirámide del Recuencu dominan el verde paisaje de este Parque Natural.
Tiatordos (1951 m.s.n.m.) |
El Recuencu (1642 m.s.n.m.) |
Cuando el estrecho y sombreado camino desemboca de repente en Arcenorio, la primera sensación es de inmensidad y admiración, como si se saliera de un túnel de árboles y agua para encontrarse con la grandiosidad de los montes y las praderías, aún vivas, cuidadas por ganaderos que ya no son pastores.
Hacia el Oeste, los puertos de Arcenorio resbalan entre las cumbres de Peña Ten y Pileñes, buscando el paso hacia el puerto pongueto de Ventaniella, mientras que hacia el Este, se encuentra la divisoria con tierras leonesas de Sajambre y la no menos bella majada de Llaete. Si continuásemos hacia el Sur por los puertos de Fonfría, comunicaríamos con la población leonesa de La Uña.
Arcenorio se extiende longitudinalmente, a través de casi cuatro kilómetros y sus dominios se encuentran bordeados por cumbres calizas, miradores vigías de hombres y ganados que ocupan estas tierras entre San Juan y San Miguel y en los que no faltan fuentes que dan origen a riachuelos y cascadas, cuyas aguas discurren por orografía complicada hasta encontrarse con el río Sella en el desfiladero de Los Beyos.
Tampoco faltan los bebederos a los que acuden los ganados en manadas y que viven felices en plena libertad, al menos hasta que en septiembre separen a los terneros de las madres...
Un gran número de cabañas salpican Arcenorio, formando pequeños grupos separados en ocasiones por pequeños montículos, cada uno con su nombre propio. Muchas de ellas se encuentran rehabilitadas y conviven con otras ya derruidas o en proceso de desplome.
Vista hacia el puerto de la Fonfría, paso natural hacia La Uña, al pie de la mole de Peña Ten.
En la siguiente foto podemos apreciar una de las arcaicas cabañas que aún conserva la cubierta de grandes losas de piedra (llábanes).
Se dice que en otros tiempos existió en estos puertos un auténtico pueblo, habitado durante todo el año, incluso cuando las grandes nevadas impedían el trasiego de hombres y caballerías por esta mini Samarcanda cantábrica. Desde antaño estos riquísimos pastos fueron objeto de enfrentamientos y litigios entre los vecinos de las tierras leonesas de Sajambre y los asturianos ponguetos.
Al igual que en otros pasos fronterizos próximos, como en Ventaniella a en la vecina Senda del Arcediano (Sahugo), existían alberguerías que daban cobijo a personas y caballerías e incluso contaban con ermitas que esconden sus raíces en épocas altomedievales.
Arcenorio conserva una capilla de considerables dimensiones y en buen estado de conservación. Aunque no existen pruebas que así lo avalen, la tradición relaciona su origen con la batalla de Pontunio, donde vencieron los cristianos sobre los musulmanes... En la actualidad esta ermita está dedicada a la virgen de Covadonga y en torno a ella se celebra cada 8 de septiembre una romería de gran interés.
Ya de regreso por el mismo camino del bosque de Peloño, nos paramos en otro punto de interés que no tiene relación con la belleza que nos abrumó en todo el recorrido... Se trata de un conjunto de construcciones militares de la época de la guerra civil, pertenecientes a los últimos republicanos que defendieron, desgraciadamente sin éxito, sus últimas posiciones. Estos puertos, como tantos otros en Asturias, fueron el último refugio de muchos de ellos, a nuestro paso no podemos dejar de recordarlos.
Estos vestigios de la guerra civil española, localizados en el collado Guaranga, son los únicos que se conservan en Asturias en un puerto de montaña, según se recoge en la resolución (2012) de la Consejería de Cultura del Principado de Asturias por la que este elemento pasa a formar parte del Inventario de Protección Cultural de Asturias.
Este bien cultural se componen por una galería y dos nidos de ametralladoras. (BOPA núm. 125 de 31-V-2012).
... normal.... y osos y lobos y urogallos y águilas reales y alcones peregrinos y alimoches y hasta la ranita de San Antón... ¿dónde si no? es su casa y con todo el respeto tendremos que transitar por ella.
No hay duda de que la búsqueda de estas mariposillas es del todo gratificante y da para mucho y mucho más...
¡Feliz resto del verano!
Me quedo y comparto este gran mensaje que dejas "es su casa y con todo el respeto tendremos que transitar por ella". Gran reportaje Belén, enhorabuena por tan bellas fotos. Un fuerte abrazo amiga mía.
ResponderEliminarGracias por tu visita, Germán, otro abrazo de vuelta.
EliminarMenudo sitio guapo que nos muestras... Un verano de hace un montón de años pasé tres noches en una de las cabañas de Arcenorio, fue estupendo, hicimos una excursión por el cauce seco de un río que iba hacia la vega de Llué y me quedó grabado en mi memoria la cantidad de mariposas que había. Por cierto, nosotros fuimos desde Ventaniella que creo que es un poco más corto que atravesar todo el bosque del Peloño. Saludos.
ResponderEliminarUna alegría volver a saber de ti, Ignacio, aún me queda Agüeria que espero no pase de este otoño.
EliminarHermoso reportaje por las mariposas bellísimas y por los increíbles paisajes que esos puertos y toda Ponga nos ofrecen. Un abrazo Belen
ResponderEliminarTu sí que sabes de belleza, querida Paloma. Un fuerte abrazo.
EliminarHermosa serie de imágenes de paisajes y mariposas.
ResponderEliminarTienes un blog maravilloso.
Saludos de Enkhuizen, Holanda
Gracias, Irma, siempre un placer visitarte.
EliminarA very interesting entry with great photos of the butterflies and the spectacular scenery.
ResponderEliminarThank you for your visit, Peter, greetings from Asturias.
ResponderEliminarHola querida Belen.
ResponderEliminarPaisajes increíbles y hermosas imágenes que has tomado.
Una espléndida especie colorida de mariposa encontrada también.
No muchas especies que vuelan aquí ahora la estación encima pienso que se termina.
Cálidos saludos.
Gracias por tu visita, querido Roy, espero que hayas tenido un buen verano.
EliminarAmazing Photos! They are so clear and detailed, love checking out your blog! Keep up the posts!
ResponderEliminarGregg
What an amazing place to visit! Amazing Photos! They are so clear and detailed, love checking out your blog! Keep up the posts!
ResponderEliminarGregg
EliminarThank you for your visit, Gregg, greetings from Asturias.
Hola Belén, preciosa tu entrada, bueno esta y todas. Muchas gracias por compartir ya que yo no me se el nombre de muchas de las mariposas que veo y gracias a ti me entero, esta en concreto también la vi estos días revolotear por aquí. Un besin muy grande.
ResponderEliminarGracias por tu visita, Lola, ánimo con ese blog precioso.
EliminarHola guapa!!! Que preciosidad de imágenes y de paisajes.. Espero que tengas un feliz Otoño repleto de luz y color.. Un abrazo..
ResponderEliminarGracias, querida Ana, lo mismo te deseo para continuar con tu maravilloso blog. Un fuerte abrazo.
Eliminar
ResponderEliminarBeautiful pictures of the butterflies.
Your landscapes are also very beautiful to see.
Greetings Tinie
Hola Belén,
ResponderEliminarun poste verdaderamente hermoso con las mariposas hermosas como el azul de Ícaro. Muy bellamente fotografiado y puro en color. Simplemente hermosa. Las imágenes de la antigüedad con las cabañas arcaicas son muy interesantes. Amo esta antigüedad y sus misterios. Bellamente se muestra.
Le deseo un fin de semana muy agradable.
Un abrazo
Una entrada preciosa. Apetece poner las botas y salir mañana a Peloño siguiendo la ruta que marcas y compartes. Me encantan las fotografías. Fantásticas y variadas como siempre.
ResponderEliminarWhat a beautiful area. You have taken some lovely pictures. I saw Aricia montensis in Sierra Nevada last year for the first time.
ResponderEliminarPrecioso post. ¡Felicidades! Elena
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