Hasta hace pocos meses, se creía que la Phengaris alcon o Maculinea alcon (hormiguera de turbera) era una mariposa rara en Asturias, pero gracias a los hallazgos de D. José González Fernández, entomólogo incansable, hoy sabemos que vuela en muchos más lugares de los que se conocía. En las notas científicas del boletín nº 54 de la Sociedad Entomológica Aragonesa (SEA) de fecha 30 de junio de 2014, los socios podrán consultar los resultados obtenidos y comprobar que nuestra alcon está, afortunadamente, mucho más extendida en Asturias de lo que se pensaba.
Pertenece a la familia Lycaenidae y tiene un tamaño entre 3,4 y 3,8 cm. considerado como grande entre los licénidos. Con las alas cerradas, los machos y las hembras presentas un aspecto similar con punteado negro bordeado de blanco sobre fondo marrón claro.
Con las alas abiertas, los machos son más llamativos que las hembras, éstos presentan una tonalidad azul claro con un reborde negro, mientras que las hembras son marrones con toques azulados en la base de las alas.
Podremos verla volar durante los meses de julio y agosto, desde el nivel del mar hasta los 1600 m. de altitud, en zonas muy concretas donde aparezca el brezal atlántico y donde se desarrolle la planta nutricia de sus orugas que en este caso es la bella Gentiana pneumonanthe (genciana de turbera).
Esta mariposa, al igual que otros licénidos, tiene la peculiaridad de aprovecharse del trabajo de las hormigas en su complicado proceso de cría: en primer lugar, la mariposa pone sus huevos, uno a uno, sobre la Genciana de turbera donde habitarán sus orugas hasta la tercera muda. Entonces la oruga se deja caer al suelo, disfrazándose con sustancias químicas que hacen que las hormigas del género Myrmica se confundan y la transporten a su hormiguero, de ahí que a este comportamiento se le conozca como "cuco".
En las cámaras de cría del hormiguero, la larva de la Maculinea alcon es alimentada con las larvas de las hormigas y allí vive como una reina, atendida por las obreras hasta que se convierte en pupa. Entonces llega el momento más difícil para la mentirosa: cuando la pupa se transforma en adulto tiene que escapar del hormiguero, ya que es ese el momento en que las laboriosas hormigas se dan cuenta de que es un intruso. La sorpresa de las hormigas tiene que ser inmensa al ver dentro de su casa a semejante monstruo que son incapaces de devorar porque la mariposa está cubierta por escamas, por ello, con el tiempo, las hormigas irán cambiando sus "olores" con la finalidad de que este hecho tan desagradable no les vuelva a ocurrir.
Nuestros brezales atlánticos, son un auténtico tesoro protegidos por la legislación ambiental, pero de poco servirá sino existe una educación ambiental desde pequeños ¡ardua tarea!.
* Mi agradecimiento a Pilar Fatou (Andan volando) y a José Antonio Cañal (Aves de Gozón / Instantes Botánicos) por su compañía
Hoy mismo me lo leo. Por lo que respecta a la mariposa ha quedado muy bonita.
ResponderEliminarInteresantísimo que sean as uces do UZAL quienes den tanto cobijo como los hormigueros de acogida.
ResponderEliminarSe mimetizan tantas formas de vida que incluso aquellas o éstas que parecen tan inofensivas buscan la forma de ser alimentadas por otras colonias.
Como el perro y el gato; o mejor, como el gato y el zorro del refugio de La Pedriza, que desayunan juntos cuando Guzmán, su guarda y escalador, les pone de comer.
Tan inofensivas como parecen y que orugas desarrollan tan extrañas.
He visto algunas por los uzales de la aldea, concretamente en O uzal da ruda, por encima de las riberas del río de la Seara Nova y por el de Arzoá.
Las fotos son fantásticas, incluso de cuento...cómo lo cuento
Salú i Libertá
Y un placer contar con tu compañía Belén. Un abrazo
ResponderEliminarGracias por vuestros comentarios, todo un lujo haberos conocido personalmente: Pilar y Pin
ResponderEliminary otro privilegio más, tener a un poeta galego entre mis ya "amigosblog". Un abrazo para los tres.