Hielo hecho arte en recuerdo de mis perros

Aunque estemos en pleno invierno, La Naturaleza, sigue sorprendiéndonos por poco que nos fijemos en ella. Un pequeño charco de agua, donde flotaban hojas y maleza, se convirtió en una obra arte a la mañana siguiente. Tal solo necesitó una noche para fabricar tanta belleza que el sol, envidioso, desharía al poco tiempo.

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                                        Seguro que Monet, se inspiró en el hielo del amanecer

                Esta maravilla, la encontramos en una bañera utilizada como abrevadero del ganado

                                       La curvatura de la bañera, sirvió al hielo como molde

                     Y un pequeño charco de agua, se convirtió en esta espectacular forma de hielo

            Y esta otra, que parece el perfil de un hombre serio con un tronco saliendo de la nariz...

                                Podría ser el ala de una mariposa de una especie desconocida...

                                                Y aquí se dio el capricho de dibujar un lazo azul

          El calor de los primeros rayos del sol ya se dejaban sentir y pronto acabaría para siempre,   convirtiéndose en irrepetible. 

Se lo dedico a mi perra Osina y a Joan (de nuestros amigos, Toño y Montse)  que formaban parte de nuesta manada; fieles compañeros de paseos, que un amargado asesino envenenó la noche de Navidad. Con ellos descubrí las mariposas, los senderos más dulces y los picos más escarpados. Nunca los olvidaré y ellos seguirán viviendo en cada amanecer, en cada foto de La Naturaleza que ellos querían tanto como yo, cuando los objetivos de mis ojos, dejen de llorarles.

                        La manada, al completo, en una de nuestras excursiones por el concejo de Amieva. Los de los extremos son los vilmente asesinados con veneno para ratas...

                                           Osina, sin palabras... Nunca te olvidaremos, piquiñina